Los fertilizantes para plantas o tambien conocidos como abonos, son todos aquellos materiales que aportan nutrientes útiles para la planta, pueden ser de origen orgánico: compostas; estiércol, basura urbana orgánica, extractos vegetales, deshechos de animales (huesos, sangre), o bien de origen inorgánico: sales minerales procedentes de yacimientos naturales o síntesis industrial.
Algunos ejemplos de fertilizantes para plantas que son inorgánicos, son las sales – grado agrícola- como el Nitrato de potasio, Nitrato de Calcio; Sulfato de Potasio; Fosfato monoamónico, Sulfato de Magnesio, urea, etc.
Los fertilizantes para plantas inorgánicos pueden ser simples binarios como los ejemplos anteriores o también complejos trinarios (N-P-K) y a su vez, pueden estar enriquecidos con micronutrientes o sustancias orgánicas (aminoácidos, hormonas, ácidos orgánicos, etc.).
Los fertilizantes agrícolas se aplican ampliamente en la mayoría de los cultivos, frutales y también en plantas ornamentales o árboles forestales. Aquellos fertilizantes para plantas que se destinan a la jardinería o paisajismo se conocen como fertilizantes urbanos.
En general los fertilizantes agrícolas tienen diversas modalidades para su aplicación, se pueden aplicar en seco directamente al suelo o mezclado con la tierra o sustrato, o bien, se pueden aplicar disueltos en agua mediante un sistema especial de riego. Esta última modalidad se ha desarrollado de forma intensiva ya que ofrece ventajas significativas sobre el método tradicional de aplicación de fertilizantes, actualmente se le conoce como fertirrigación o Nutrigación™.
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